Los fenómenos paranormales como fantasmas, extraterrestres, espíritus…. han interesado a la humanidad desde la antigüedad. Estos fenómenos han sido justificados en la mayoría de los casos con testimonios descriptivos (nunca explicativos) de personas que afirman haber tenido este tipo de experiencias. Debemos recordar que el testimonio no es una prueba válida por diversas razones: existe la posibilidad de que los sujetos nos mientan por alguna razón, nadie es completamente objetivo al reproducir sus experiencias vividas sobre todo cuando esa experiencia lleva una gran carga emocional y finalmente, existen numerosos procesos psíquicos que alteran la percepción / rememoración de lo ocurrido e impiden una interpretación objetiva.
La psicología convencional cataloga fenómenos tales como la clarividencia, el «ver fantasmas» o el sentir y percibir experiencias extrañas como alucinaciones táctiles, auditivas y visuales. Las intuiciones son consideradas como delirios y las percepciones extrasensoriales como un tipo de disociación. Por lo tanto concluimos que podemos darles, en la mayoría de los casos, unas explicaciones normales, naturales y racionales a este tipo de fenómenos, incluyendo la sugestión como factor de gran influencia. En concreto, existe un estudio realizado por investigadores de la Goldsmiths University of London, dirigidos por el doctor Christopher French en el que se creó una habitación con la finalidad de provocar fenómenos paranormales a base de ultrasonidos y campos electromagnéticos. Participaron 79 voluntarios de los cuales una tercera parte aseguró haber tenido experiencias extrañas. Al revisar las estadísticas, la única relación significativa aparecía en sujetos con un perfil muy sugestionables y predispuestos a creer en fantasías, los cuales comenzaron a sentir estas sensaciones tras preguntarles si habían tenido alguna experiencia extraña. French concluyó, «simplemente las personas somos sugestionables».
Por otra parte si nos ceñimos al paradigma científico actual, este tipo de fenómenos pueden sugerir patologías, pero la psicología no las considera como trastornos en sí, especialmente cuando tales experiencias pueden mejorar la calidad de vida. En psicología una de las principales herramientas para diagnosticar patologías es el Manual de Diagnóstico y Estadística para los Trastornos Mentales IV o el D.S.M. IV según sus siglas en inglés. A pesar de que este manual tiene infinidades de síntomas que son característicos de enfermedades psicológicas, estos por lo general no son suficientes para diagnosticar un trastorno psicopatológico sino que además, los síntomas deben provocar malestar clinicamente significativo, deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Por ejemplo si un individuo ve un «fantasma» pero sigue cuidando se si, mantiene su empleo y participa socialmente con sus familiares y amigos, no podríamos realizar un diagnóstico contundente y la persona podría considerarse normal. Por otro lado la psicología convencional no tiene en cuenta que las experiencias parapsicológicas puedan mejorar la vida de la persona.
De esta forma al plantearnos el paradigma científico actual encontramos defectos que deberán ser solventados a lo largo del tiempo, dando cabida a las experiencias paranormales o ¿estas experiencias nunca tendrán cabida dentro de un paradigma científico?.
Tras la lectura de este pequeño párrafo donde hemos intentado hacer un breve resumen de dos visiones muy diferentes os invitamos a plantearos preguntas como: ¿Todo es poder de la mente?, ¿existe algo más allá o solo es sugestión?. Esperemos que os haya servido para ver que no todo es ni blanco ni negro, y que siempre hay puntos de vista y opiniones diferentes. Animaros con esto a darnos vuestro punto de vista y contarnos vuestras experiencias.
» ¿Mas allá o psicología?»
CRJ psicología 